Ágape de afectos y sentimientos


Para el día de hoy (07/04/09):
Evangelio según San Juan, 13, 21-33.36-38

(La Palabra no puede ser más clara: el ámbito de la Última Cena del Señor es el de un ambiente pleno de afectividad, sentimientos profundos, emociones...
Es un ágape de amigos y hermanos, no de superior e inferiores, es un espacio de igualdad por obra del amor.
Jesús se estremece y conmueve frente a la traición.
Pedro le pregunta a Juan sin ninguna reserva.
El discípulo amado se recuesta sobre el pecho del Señor.
Hasta es tratado con delicadeza el traidor, aún cuando el Señor siente que su alma se parte en mil pedazos de tristeza.
El traidor ha elegido voluntariamente el sendero del enemigo, decididamente y sin dudarlo entró en la oscuridad.
Y sabe que el bueno de Pedro lo va a negar tres veces.
Pero todo ello no quiebra la fraternidad establecida cuando se comparte el pan, Cristo mismo.

Es buen momento para replantearnos acerca de la liturgia diaria, de esa Última Cena que revivimos a diario -o los domingos- en memoria suya.
Para reflexionar si nos hemos atado a la pura exterioridad de disposiciones cultuales solemnes que no expresan el momento de intimidad y fraternidad entre los que se aman.
Porque junto con ese Jesús que en el misterio amoroso de querer quedarse en el pan y el vino compartido, su cuerpo y su sangre, estamos todos y cada uno de nosotros con nuestras luces y sombras.
Porque el pecado es en cierta medida una traición al amor infinito de Dios -basta mirar estos tiempos en los que se traiciona la dignidad humana por epítomes financieros-.
Porque somos también como Pedro, a menudo lo negamos.
Y especialmente, porque todos y cada uno de nosotros, por su infinita bondad, somos el discípulo amado)

Paz y Bien

3 comentarios:

icue dijo...

Tus comentarios del Evangelio son muy positivos.
Nos ayudan a meternos más en Jesús, a ser una persona más de las que convivieron co El.
Un abrazo

Salvador Pérez Alayón dijo...

La cosecha empieza a dar sus frutos. Pienso realmente que si nuestras Ultreya, al menos la de mi pueblo, tuvieran estos sentimientos y compartir, nuestra conversión iría más en consonancia con nuestra fe y sentimientos.
Detrás de todo esto se esconde una pregunta: ¿qué hago yo detrá de JESÚS? ¡por qué le sigo? ¿y qué esoty dispuesto a darle y a dar según su Mandato?
Si mi Semana Santa es otra semana de cumplimientos, de convivencia social, de ritos y actos culturales en los que verdaderamente creo, pero no me cambian; no me llevan a comprender al que está a mi lado; no me hacen tomar conciencia de mi misión y responsabilidades bautismales; no me iluminan, o me dejo iluminar, por comprender al Juda que yace a mi lado; al Pedro que miente y desfallece ante el peligro y el miedo; al molestoso y pesado que no suma, sino divide, es que mi corazón está lejos del de JESÚS, y, tampoco debo de desesperar como Judas, sino tras la pausa, como Pedro, levantarme y continuar la lucha hacia ÉL, esforzándome en el gimnasio de la vida con la oración, penitencia y la limosna.
Feliz Pascua, para ti y los tuyos, querido hermano en XTO.JESÚS. ¡Que DIOS te bendiga!

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Icue y Salvador, muchísimas gracias a ambos por su presencia fraternal y sus cálidas palabras. Que el Padre Dios les regale a ustedes y a los suyos unas muy Felices Pascuas plenas del Jesús Resucitado por el cual nos encontramos y por el que vivimos. Un gran abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

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