Canción para decir en la calle


Un día, siquiera, por semana
ensayemos el oficio humano:

Paremos el reloj,
ocultemos el calendario;
no abramos periódico ni libro,
ni escuchemos radio,
y tomemos un ómnibus cualquiera
que nos conduzca al campo.

Y una vez allí,
busquemos un sitio solitario,
entre pinos
y los álamos
a la vera del agua, si el arroyo
quiere ofrecernos su cristal cercano,
o en la abierta llanura donde el viento
galopa con los caballos.

Y vivamos,
sí, nada más,
vivamos,
mientras crece la luz, y la marea
de la savia asciende
por arterias de árbol;
vivamos,

mientras vuelan insectos, y las nubes
livianas y lentas como barcos
viajan al sur, y el aire
conduce pájaros;
sí, nada más,
vivamos

en reposo total como la hierba
que nos da su regazo
de vez en vez oyendo
el oscuro corazón del mundo
que late soterrano.

Sí, nada más,
vivamos,
solamente vivamos.

Antonio Esteban Agüero
-poeta argentino-

2 comentarios:

Fray Marcos dijo...

A veces pieso que nací unos cuantos años tarde...me hubiera encantado seguir a San Francisco de Asís (un hombre que me maravilla aunque no haya leído mucho de él).

Un abrazo. Paz y bien.

Pd: gracias por tu comentario en el blog.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Hay momentos que debemos pararnos y buscar nuestras respuestas en la inmensidad del silencio y la normalidad de un mundo que se mueve ajeno al ajetreo del correr, anhelar y conseguir metas que sólo les alejan del sentido último de nuestra existencia.
Un abrazo en XTO.JESÚS.

Publicar un comentario

ir arriba