Presencia constante de la alegría


Para el día de hoy (21/05/09):

Evangelio según San Juan, 16, 16-20

(Cuando en nosotros se instalan la angustia y la tristeza parece que nunca se irán, que no tienen fin, que son definitivas.

Así estaban los amigos de Jesús frente a su partida anunciada e inminente.

Ellos le preguntan -y nosotros también- ¿Hasta cuando Señor?

Pero el Maestro, conocedor de los corazones de cada uno, no se explaya en tiempos estrictamente definidos. Los invita y nos invita a la confianza y a la esperanza.

-El mundo ofrece pseudoalegrías transitorias y vanas, que en realidad son escalones hacia la muerte en vida. El mundo se alegró por la muerte del Señor. Hoy el mundo vive sumido en la tristeza y la angustia por no saber reconocer a Jesús como su Salvador-

EL Señor debe partir para consumar su misión, pero -misterio de amor infinito- se quedará haciendo morada en el corazón de cada uno de nosotros por su Espíritu.

Y en ese preciso instante, el momento en que nos damos cuenta que no se ha ido, que está vivo, que está en nosotros, la tristeza y la angustia se transforman en alegría y gozo constantes, que no pueden ser derribados en el devenir de la vida diaria, suceda lo que suceda.

Y es una alegría tan profunda y plena, que se hace necesario contarle a otros lo que nos pasa.

Ésa es nuestra misión: el Reino de los Cielos comienza aquí y ahora, en este mundo que dá la espalda a la eternidad y a lo trascendente y niega la humanidad de muchos.

En medio de la muerte y el dolor, estamos llamados a comunicar con palabras y especialmente con hechos la alegría constante de sabernos hijos de un Padre Bondadoso que vive constantemente preocupado por el bien de sus hijas e hijos)

Paz y Bien

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