Una mano siempre extendida

Para el día de hoy (04/08/09):
Evangelio según San Mateo 14, 22-36

(Jesús los había mandado a cruzar a la otra orilla.
Pero mientras lo hacían, la barca de los discípulos cimbreaba sacudida por vientos contrarios y alejada de la costa segura.

En la madrugada, cuando la noche aún estaba cerrada a la claridad del sol, Jesús vá caminando hacia ellos sobre las aguas.

Y se asustaron, y desbordados de temor se ponen a gritar.
-Tranquilos, Soy yo, no tengan miedo- los calma el Maestro.

Entonces Pedro, con un pié en la duda y otro en el temor, le pide que si de veras es Él, lo haga ir a su encuentro caminando sobre las aguas.

Y Pedro camina como su Señor, pero vacila... El miedo es muy fuerte a veces.
-¡Señor, sálvame!- suplica el pescador, y Jesús le tiende su mano, mientras le reprocha su poca fé.

Mi barca también se sacude y agita, y temo y tiemblo cuando me alejo de la costa de mis falsas seguridades.
Pero el Señor siempre viene en mi auxilio, y puedo caminar sobre las aguas turbulentas en las que suelo sumergirme.
Sin embargo, no me alcanza y el miedo puede más, y desespero y suplico -¡Señor, salvame!-

Y Él, aún cuando debe reprochar mi falta de fé, no me suelta la mano.

Su mano bondadosa está siempre extendida para la Salvación, para no caer, para estar en pié e ir hacia Él.)

Paz y Bien

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