Stabat Mater


Para el día de hoy (15/09/09):
Evangelio según San Juan 19, 25-27

(¿Habrá un dolor más grande y desgarrador que el de una madre que vé como se escapa la vida del cuerpo de un hijo sufriente, escarnecido y humillado, torturado y sometido a toda clase de vejámenes?

Jesús agonizaba en la cruz; todos los que se decían sus amigos, discípulos, seguidores habían sido ganados por la sombra del miedo...Lo habían dejado morir en soledad.
Sin embargo, estaban allí tres mujeres: su Madre, María de Cleofás y María de Magdala.

Su Madre estaba allí, con el corazón atravesado por esa espada que años atrás le había anunciado el anciano Simeón, pero tenaz y obstinadamente de pié junto a ese Hijo que amaba y se tejió en sus entrañas... Ese Hijo que era su Hijo y su Dios.

Y ese Hijo no se iba a conformar con entregar su vida en rescate de muchos... Era tal su entrega que se despojaba de todo, incluso de su Madre.
Y la entrega al discípulo amado, y desde ese momento la recibió en su casa como madre.

Estaba la Madre, Stabat Mater.
Y esa Mujer es una Madre que está viendo morir al hijo de su vientre y que no tiene casa propia.
Su hogar es la casa de sus hijos.

Su hogar es tu casa, mi casa, y espera de pié a ver si somos capaces de recibirla desde este momento como Madre)

Paz y Bien

4 comentarios:

Fray Marcos dijo...

¿Sabes que me dejaste una duda? ¿Habrá creido Maria que Jesús iba a resucitar? ¿O estaría temerosa?

¿Cómo nos hubiésemos sentido nosotros en esa posición?

Un abrazo. Paz y bien.

eligelavida dijo...

Unidos espiritualmente a la Virgen de los Dolores, renovemos también nosotros nuestro "sí" al Dios que eligió el camino de la cruz para salvarnos. (Son palabras de Benedicto XVI)

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

La verdad, Marcos, no sé si racionalmente tendría sus temores... Ella algo sabía por haberlo acompañado -el Maestro había anunciado varias veces su Pasión y su Resurrección-; sin duda, en momentos de dolor intenso no hay primacía de razones... De lo que estoy seguro es de su corazón, corazón de madre y corazón de mujer de fé, y desde allí seguramente no iba a flaquear su confianza, a pesar de ver la muerte atroz del hijo que gestó, amamantó y crió. Por allí quizás encontremos la respuesta. Un abrazo grande. Paz y Bien. Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias Eligelavida por recordarme/nos estas palabras tan ciertas de esta mujer y Madre que nos ha abierto las puertas a la Vida con su sí. Un abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

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