El privilegio del servicio


Para el día de hoy (03/03/10)
Evangelio según San Mateo 20, 17-28

(Jesús se encamina con los Doce hacia Jerusalém.

Tiene plena certeza de que será humillado, escarnecido, torturado y muerto en la cruz.

Pero no es cuestión de un destino inevitable o de una estrategia cuidadosamente planeada de la cual no se puede escapar: sus sufrimientos y su muerte serán ante todo consecuencia de la asunción total y plena de su compromiso y su misión, en obediencia a su Padre.
Y se los cuenta a sus amigos: a ellos también les espera la tortura y la muerte.
Los discípulos no pueden esperar menos que su Maestro.

Sin embargo, no son capaces de entender lo que Jesús les dice. Están atrapados en sus miedos y en sus esquemas de un Mesías glorioso, reinante y poderoso; se les hace totalmente ajeno y escandaloso un Mesías convertido en siervo sufriente.

En ese mismo plano, surge la madre de los hijos de Zebedeo -Santiago y Juan- reclamando privilegios para sus dos hijos en ese Reino que se habían imaginado...
Pero ese Reino no es el de Jesús, el de su Padre, el de la Buena Noticia.

El reclamo de esta madre, a la vez, desata la discusión y la indignación de los otros discípulos: bajo la crítica a este pedido, se escondía el ansia de ser primero, del poder y de la figuración.

El Maestro se los había advertido: en ellos todavía persistía la levadura de los fariseos.

Aún con ese error grosero, fruto de la mezquindad y la soberbia, Jesús no los deja librados a su suerte.
El remedio perfecto contra el egoísmo y la soberbia es el servicio.

El servicio definirá la estatura espiritual, la grandeza y la primacía de los suyos: el Maestro redefine desde la increíble lógica del Reino el ejercicio del poder, y lo ratifica con su propia vida: el poder que no es causa de opresión y dominio, el poder real que libera es el amor y se traduce en servicio al prójimo.

Más aún: el servicio es un privilegio que nos conduce por la huella del Maestro a la Salvación.

Habrá que preguntarse y cuestionarse en este tiempo de desierto y oración cómo ejercemos el poder desde lo personal, desde lo familiar, desde lo comunitario y desde esa gran familia que llamamos Iglesia)

Paz y Bien




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