Para que la luz se vea

Para el día de hoy (20/09/10):
Evangelio según San Lucas 8, 16-18

(Las señales oscuras, los signos de muerte son abundantes, usuales y constantes. Tanto, que desoladamente nos hemos acostumbrado a ellos.

En nosotros el Maestro ha depositado toda su confianza; Él cree en nosotros, mucho más de lo que nosotros creemos en Él y más de lo que confiamos en nosotros mismos.
Pues tenemos una misión de luz: esa luz no nos pertenece, antes bien y al igual que todos, dependemos de ella para no estar sumidos en la oscuridad.
Porque -de tan obvio se nos escapa- cuando la luz se hace presente, toda tiniebla se disipa.

Para que esa luz viva se vea, hay que estar atentos, dice el Señor.
Atentos a no creernos dueños ni maestros, sino discípulos y servidores.
Atentos a que esa luz deba llegar a los confines del universo, y no ser un arcano limitado a unos pocos iniciados... Hay que hacer silencio y volver a soñar Su Sueño de esta familia que llamamos Iglesia.

Atentos a un mundo sometido por el egoísmo y la indiferencia.
Allí donde haya interés y especulación, llevar la luz de la solidaridad, la generosidad y el servicio desinteresado.
Allí donde haya soledad, llevar la escucha y el abrazo.
Allí donde haya un hermano enmudecido, hacerse voz fuerte.
Allí donde haya violencia y desencuentro, llevar la paz y el perdón.
Allí donde campee el hambre, hacerse pan y llevar el sustento.
Allí donde todo parece perdido, portar la luz de la esperanza.

Lámpara es tu Palabra, Maestro para nuestros pasos...que andan a menudo en oscuridades en las que nosotros mismos nos sumergimos)

Paz y Bien


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