Almas atrofiadas

Para el día de hoy (19/01/11):
Evangelio según San Marcos 3, 1-6

(Dejando de lado expresiones televisivas o de impacto mediático, se trata de cuestiones de vida o muerte.

Por un lado, el Maestro haciendo presente el Reino, poniendo en el centro y por delante de todo otro interés la necesidad del que sufre.
Por otro lado, el poder religioso -fariseos- y el poder político -herodianos-, buscando perpetuar un status quo opresivo, cruel e inhumano, aferrándose al poder aún cuando se deje de lado la vida, enmascarando esos intereses detrás de los pretextos de observancia religiosa y de legalismo puntilloso.

Almas atrofiadas, corazones discapacitados en el descubrimiento del prójimo que no sólo impiden que el otro viva en plenitud, sino que buscarán eliminar a ese molesto rabbí galileo, atrevido e insolente que no les pide permiso para hacer el bien -blasfemia superlativa vigente hasta nuestros días-.

Cuando la comunidad no tiene por delante de sí y como centro al necesitado, cuando su prioridad no es salvar vidas a toda costa, a cualquier precio, comienza a estancarse y a fosilizarse.
Cuando leyes, normas y preceptos no tienen por interés y objetivo primordial el compromiso con la vida, se vuelven automáticamente ilegítimas e inhumanas.

El hombre de la mano paralizada no era un discapacitado en esa sinagoga; por el contrario, los verdaderos discapaces eran allí mayoría, negadores consecuentes de la compasión y la misericordia.

Una comunidad que no tenga por centro el Reino, es decir, hacer presente la ternura de Dios en el mundo comenzando con las urgencias de los necesitados y marginados, ha perdido el rumbo y desdibujado su identidad.
Es sólo un grupo de gentes afectas a ciertas modalidades de culto y formalidades de piedad, pero en las que Jesús no ha de sentirse a gusto)

Paz y Bien

2 comentarios:

Vicente Huerta dijo...

He descubierto hoy este blog y me ha gustado por su aportación de cara a evangelizar la red. ¡Animo!

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias por sus palabras, padre Vicente.
Un saludo fraterno en Cristo y María desde Buenos Aires, Argentina
Paz y Bien
Ricardo

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