El privilegio de la amistad

Para el día de hoy (14/05/11):
Evangelio según San Juan 15, 9-17

(El Maestro prepara su partida, extraña elección de irse muriendo para permanecer definitivamente.
Se atreve al espanto de la cruz.
Revela y rebela: nos muestra en todo su esplendor el rostro inaccesible de ese Dios que es Padre y Madre, y se rebela mansamente contra todo aquello que es ajeno a la vida, contra todo lo que corrompe, que oprime, santa rebelión de amor y servicio.

A las puertas de su sacrificio, con esa muerte inminente, hace el regalo mayor.
Bien podría haberle impuesto a los suyos órdenes perentorias de ortodoxia, de jerarquías, de cultos específicos, de identidades y pertenencias a un grupo claramente definido, de rigurosas normas que se deben cumplir a destajo.
Nada de eso.

Ha concedido un privilegio increíble, un privilegio que a la vez es mandato e impulso.
Es el privilegio de la amistad, el regalo infinito de quien se considera tu igual, tu hermano por elección más que por biología, el signo mayor de Aquél que antepone tu bienestar y tu plenitud a cualquier interés personal, la fidelidad inquebrantable de quien -aún cuando uno a menudo se aleja- permanece, lo sabemos allí, incólume, presente, siempre disponible.

Esa amistad tiene su raigambre en el amor, y hemos de plantearnos que ese amor no pasa por cuestiones sentimentaloides, banalidades televisivas o actitudes pasajeras.
Es la ratio y la elección definitiva de quien está dispuesto a morirse para que el otro viva.

En el privilegio de esa amistad conferida se encuentra nuestra identidad.
Dice el saber popular que los amigos son la familia que uno elige, y hemos sido elegidos cuidadosamente, todos y uno por uno como parte de su familia, y allí está la raíz de nuestra vocación primera: volvernos capaces de tender una mano amiga e incondicional a un mundo que sólo sabe de intereses mezquinos, de corrupción, de negocios, de muerte.

Quizás entonces sean la amistad y el servicio las señales más claras de los amigos del Resucitado, que vive y permanece entre nosotros)

Paz y Bien

0 comentarios:

Publicar un comentario

ir arriba