La negación del sufrimiento ajeno


Para el día de hoy (15/07/11):
Evangelio según San Mateo 12, 1-8

(Los conflictos y sufrimientos son parte de la existencia: negarlos o discutir acerca de ellos sólo produce más daño que el que de por sí acarrean.
Sabemos la presencia dolorosa de muchos comedidos -nosotros mismos a veces- rápidos a la crítica y lentos al socorro, y conocemos bien las consecuencias de aquellos que anteponen normas y preceptos a las necesidades primeras.

Lo verdaderamente raigal es el modo en que Jesús enfrenta los conflictos y asume los sufrimientos: no se detiene en discusiones bizantinas, no busca tener razón ni obtener una pseudovictoria dialéctica. Lo que importa es que prevalezca esa imagen de Dios que Él tiene, un Dios Padre y Madre que se desvive por todas sus hijas e hijos, un Dios compasivo y misericordioso, lejano a ese ídolo de mentes fariseas de ayer y hoy, un dios punitivo, un dios severo y castigador, un dios conquistable por el cumplimiento estricto de cánones.
Ése no es el Dios de Jesús.

Los discípulos atravesaban un campo un día sábado: estaban hambrientos y se tomaron el atrevimiento de arrancar algunas espigas para comerlas, y se desata una tormenta de críticas, arrecia la lluvia juiciosa, hija de los prejuicios.
Se habían olvidado que allí había unos hombres pasando hambre.

Desde un acercamiento muy simple, no hay justificativo alguno ni discusión válida o posible frente al hambre del hermano, el hambre de panzas vacías y la languidez de las almas sedientas de vida plena, más no de supervivencia.
Ningún argumento personal, político o religioso puede justificar el sufrimiento o la necesidad del prójimo, nada de eso está cerca del Corazón Sagrado del Dios de Jesús.

El Dios de Jesús es Padre y Madre de Misericordia, y quizás nos hemos olvidado el significado primero de esa Palabra que sostiene al universo: misericordia, el corazón puesto en las miseria del otro, misión, mandato y religión)

Paz y Bien

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