Para el día de hoy (03/10/12):
Evangelio según San Lucas 9, 57-62
(Jesús de Nazareth peregrina a Jerusalem, al encuentro de la cruz, del oprobio, de la muerte abyecta. Parte desde su Galilea y atraviesa el territorio samaritano, objeto de desprecio violento por los judíos, sujeto de hostilidad hacia Él como rabbí.
Y así como su camino no es sencillo ni fácil, el nuestro tampoco.
Y más aún: todo en Él es andar, ponerse en marcha, no quedarse quietos porque un horizonte distinto se asoma y nos llama. Hasta Él mismo se hizo camino para nuestros éxodos.
Tres nuevos seguidores -todos ellos entusiastas- declaran que quieren ir con Él, aunque quizás estableciendo condiciones previas.
Las respuestas de Jesús se nos hacen recias y bruscas, y hemos de reconocer que a veces es necesario que esto nos suceda. A menudo nos dibujamos una imagen bucólica del Maestro, una caricatura conveniente que no expresa la radicalidad del Evangelio y la contundente alteridad de la vida cristiana; así entonces, la Palabra nos sacude cualquier modorra en nuestras almas.
Se trata de no acomodarnos en nuestras seguridades falsas y finitas, sino de seguir caminando a pesar de cualquier escollo, pues no vamos solos.
Se trata de animarnos a estar plenamente vivos, atreverse a dejar todo lo que se nos muere y nos fallece.
Se trata de ir hacia adelante, sin atarse al pasado, sin poner la vista atrás para no andar por surcos equivocados. En esto se juega también nuestra confianza en el perdón abundante de ese Dios que nos ama sin medida ni condiciones.
Se trata de ir andando con los demás y con Él)
Paz y Bien
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