Una semilla paciente, una asombrosa levadura

Para el día de hoy (30/10/12):  
Evangelio según San Lucas 13, 18-21

(A contrario de lo que una lectura de superficie nos puede indicar, ambas parábolas tienen dos colores primordiales.
Uno, el de la humildad y el inicio oculto en apariencia, para crecerse de un modo maravilloso.
El otro, el de la confianza del sembrador y de la mujer que amasa.

Hay un mensaje implícito a esas ansias de espectacularidad, de imposición, de grandeza y gloria a menudo expresada en cantidades antes que en cualidades que se contraponen a la sencillez y a la humildad de cada palabra y cada gesto de Jesús de Nazareth.

En la ilógica de la Gracia, no se sigue un patrón razonable de crecimiento y expansión. Hay un misterio que fantásticamente no ha de explicarse, sino mejor vivirse y disfrutarse.
Contra toda sospecha o presunción, el Reino crece en silencio y sin pausas, y todo puede transformarse con el mismo ímpetu santo de ese mínimo puñado de levadura que fermenta una cantidad inverosímil de harina y la vuelve destino de pan bueno.

Una multitud de mujeres y hombres silenciosos e invisibles edifican la vida en esa confianza para que no falte el pan, para que la semilla se transforme en árbol frondoso que cobije a tantos como sea posible, comenzando por todos los pájaros extraviados, árbol frutal que conocemos como Iglesia)

Paz y Bien

2 comentarios:

José Ramón dijo...

Ricardo Interesante entrada Saludos desde Abstracción texto y Reflexión

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias por tus palabras, José Ramón.
Me tomé la libertad de agregar tu magnífico blog en la lista que está aquí a la izquierda
Un saludo fraterno en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

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