Cuando el río no suena


Para el día de hoy (04/05/13):  
Evangelio según San Juan 15, 18-21


(Las palabras del Maestro no pueden ser más contundentes: por ser como es, lo que es y del modo que es, a Él lo odian, lo desprecian, lo persiguen y es pasible de toda violencia. Y esto está duramente asegurado para los suyos que se mantengan fieles a esa asombrosa Buena Noticia.

Los fieles serán invariablemente odiados y perseguidos como Él por ser fieles, por ser de Jesús y por ser como Jesús.
El motivo estriba en que están en el mundo sin ser de él, las hermanas y hermanos del Señor que viven el Evangelio en plenitud, sin medias tintas ni calmantes acomodaticios, tarde o temprano entrarán en conflicto con el mundo. Porque el mundo se ordena y estructura a partir del poder, del egoísmo y del dominio, y la garantía de la imposición de ese orden -tan inhumano, tan lejano a la Buena Noticia- es el ejercicio brutalmente calculado de la violencia.

No se trata, es claro, de alternativas políticas ni de procesos revolucionarios de signo distinto al imperante. Se trata de anunciar que otra vida es posible, una vida más humana y trascendente, y de no callar la denuncia de todo lo que se oponga a una vida plenamente humana. Un mundo en donde el verdadero poder sea el servicio, un mundo en donde campee el desinterés y la generosidad, un mundo en donde el único hambre tolerado sea el de justicia.

Por ello cuando el río no suena, cuando no está revuelto, cuando la vida de esta comunidad que llamamos Iglesia discurre apacible, cómoda y sin contratiempos -como un actor más del mundo- hemos de preocuparnos. En algún punto se ha quebrantado la fidelidad, de algún modo no se vive radicalmente el amor de la misma manera que Jesús de Nazareth)

Paz y Bien

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