Memorial del Padre Carlos Mugica




La memoria, desde la Buena Noticia, es mucho más que un proceso cerebral, un ejercicio mnémico o un mero recuerdo que viene y se vá.
La memoria es crucial a la hora de interpelar nuestra historia para aprender de ella, para que el pasado nutra nuestro presente para edificar futuro, para descubrir el paso salvador de Dios a través del tiempo, y de todos aquellos que han vivido en plenitud, señales luminosas para toda nuestra gente.

Es claro que no es fácil cuando, como hoy, recordamos una muerte, la del padre Carlos Mugica, un 11 de mayo de 1974. Existen ciertos riesgos: el de detenernos solamente en lo luctuoso, en permitir que la brutalidad nos paralice, en realizar una lectura solamente política, en añorar lo pasado arguyendo que todo ayer fué mejor,viudez espiritual que reniega de cualquier presente transformado.

Por eso no caeremos en la apologética estéril, sino que tenemos la pretensión de hacer memoria viva de ese mártir / testigo, cuya luz no se apagará porque es la misma luz de Dios.

Hacemos memoria de un argentino, frutal hijo de este suelo, de esta Patria que al igual que él tanto amamos y a veces tanto nos duele.
Hacemos memoria de un creyente que amó hasta el fin como el mismo Jesús de Nazareth.
Hacemos memoria de un hermano que detestaba la pobreza que se impone y la miseria que campea entre muchos, por inhumanas y por injustas, y porque nada tienen que ver con ese Evangelio que se le había encarnado hasta los huesos.
Hacemos memoria de un sacerdote, fiel hijo de la Iglesia y tenaz servidor del pueblo de Dios, de un Dios al que rendía culto primero en sus hermanos más pequeños y en el pan compartido, una vida orante y compasiva sostenida por el Espíritu de Dios. 
Una vida fecunda de testigo, pues los testigos son las ramas de este árbol inmenso que ha de cobijar en plenitud a todos.

Nadie se vá del todo, y mucho menos los que se atreven a permanecer fieles en el amor, con todo y a pesar de todo.

Esta Patria y esta Iglesia se afirma humidemente y crece a partir de hombres como el padre Carlos, semilla que cae y que sin embargo, ha de seguir dando frutos asombrosamente santos.

Paz y Bien

Ricardo

Esta imagen es de cuando llevamos los restos del padre Carlos Mugica desde el Cementerio de La Recoleta hasta la parroquia Cristo Obrero -octubre de 1999- en donde ahora descansan, y en donde él ejercía su ministerio. En esta celebración -en el centro de los sacerdotes- se encuentra nuestro actual pontífice Francisco, por aquel entonces Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Cardenal Bergoglio.

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