Niños sagrados



Para el día de hoy (30/09/13):  
Evangelio según San Lucas 9, 46-50


(En las culturas semíticas del siglo I, los niños eran considerados los más bajos en la escala social, en el mismo plano que los esclavos: carecían de derecho alguno, y estaban clasificados como hombres incompletos, apenas humanos, carentes de importncia y significado.

Es por ello que Jesús de Nazareth realiza una declaración plena de simbolismo y significación: al poner a un niño a su lado y sus palabras declaran que Dios se identifica plenamente con lo humano, y en lo humano especialmente con lo más pequeño. 
Es una inversión de todos los parámetros religiosos: al Creador del Universo ya no se le imagina en una trascendencia inmarcesible, de imposible acceso en su lejanía, y cuya voluntad se maneja mediante específicos actos cultuales de piedad. Al Dios de Jesús de Nazareth se lo encuentra, reconoce y recibe en lo humano mínimo y sin ornas, lo humano despojado de cualquier rótulo y ambición, esa humanidad que, aunque nos cueste reconocerlo, nos es común a todos. Ésa, precisamente, es la religión primera, la religión del amor y del cuidado, la que protege a los débiles, a los que no pueden defenderse y en todo dependen de los demás.
Más allá de cualquier mayéutica romántica, es clave de lectura de la Buena Noticia y es ética de trascendencia. Dios es Jesús y Jesús es Dios y Jesús resplandece allí en donde presuponemos, en nuestros mezquinos parámetros, que nada sucede ni acontece.

El Dios del Universo, por su misma esencia amorosa, quiso quedarse para siempre entre nosotros, hijas e hijos. Y para ello busco el camino del silencio y la pequeñez, un niño pequeño y santo en brazos de su Madre por e que todos los niños se vuelven sagrados, sagrados por el Dios que se ha hecho uno de ellos, sagrados por su Rostro que resplandece en cada uno de ellos.

Entre nosotros y con toda razón, florecen las acciones y los movimientos pro-vida. Está más que bien y es imprescindible promover y proteger la vida desde el mismo comienzo y durante toda la existencia. Lo triste y lamentable es que con nutrida frecuencia, esas posturas se autolimitan a la queja justa acerca del aborto, pero ignoran y olvidan al niño que viene después, al niño que debemos criar, educar, alimentar y proteger de tantos peligros.
Todos los niños son sagrados, y los poderes humanos quizás se legitimen en la importancia, en los cuidados y el servicio que brinden a la infancia)

Paz y Bien


1 comentarios:

José Ramón dijo...

Ricardo Interesante Post la humanidad depende de los niños sin niño no hay humanidad feliz semana Saludos

http://comprenderysaber.blogspot.com.es/

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