Buenos pastores de oficio y de servicio




Jornada mundial de oración por las vocaciones

Para el día de hoy (26/04/15):  

Evangelio según San Juan 10, 11-18



En la memoria histórica de Israel y en sus afectos, la imagen del pastor posee una categoría muy importante, muy relevante.
Moisés, el gran caudillo que guía a su pueblo de la esclavitud a la libertad a través de las dunas del desierto, supo cuidar los rebaños de ovejas de su suegro Jetró. El rey David eran un jovencísimo pastorcito cuya vida discurría entre apriscos, cuidando su rebaño. 

En ambos hay un desplazamiento trascendente desde un oficio -adquirido u obligado- de cuidado de ovejas al liderazgo poderoso que guía y protege al pueblo. De allí, la proyección en la memoria colectiva de la nación judía la idealización de su Dios como pastor de Israel, que guía, conduce y protege al pueblo por Él elegido.

Sin embargo, en los tiempos del ministerio de Jesús de Nazareth, y fuera de toda imagen ideal, el oficio pastoril carecía de cualquier tipo de prestigio social. Por el contrario, se solía sindicar a los pastores como amigos de lo ajeno, ladronzuelos lúmpenes. Pero en la rígida concepción religiosa imperante, un pastor cumple a medias con los preceptos formales, no acude a las celebraciones del Shabbat -el pastoreo insume a veces días enteros-, y está en contacto con elementos para nada puros, lo que a su vez lo convierte en un impuro ritual. De ese modo, el pastor es casi un mal necesario, apenas un trabajador muy marginal al que se le tolera pero se le observa con desprecio, varios escalones por debajo de los puros y piadosos observantes fariseos.

Jesús de Nazareth asume en su propia persona las tradiciones de su pueblo. El Yo Soy tiene un contenido simbólico divino; desde el encuentro en la zarza ardiente con Moisés, tan presente en todas las épocas de esas gentes, el Yo Soy tiene una connotación sutil e inequívoca de quien se identifica totalmente con Dios. Jesús es Dios y Dios es Jesús.
Se explica desde la fé, y es que Moisés, David y también los profetas extienden una mano silente que señala a ese Cristo esperado. Desde un corazón creyente, toda la historia y todo el universo señala a Cristo.

Él auna el oficio y el servicio, desde una perspectiva nueva y asombrosa. Porque se asume sí como Pastor de Israel, pero también como un pastor marginal y vilipendiado. Desde el oficio de los obreros de los montes y quebradas, nos vá orientando la mirada hacia el sentido pleno de su misión, a su carácter primordial, a ese destino de obediencia a su Padre que edifica en libertad absoluta.

Desde el oficio aprendido, el Pastor deviene felizmente en Buen Pastor a través del servicio generoso y desinteresado. Ya no se trata solamente de un caudillo o líder de masas, conductor victorioso de naciones.
El Buen Pastor dá la vida por sus ovejas, las conoce por su nombre y sus costumbres, y ellas a su vez reconocen su voz, Buen Pastor de amable locura de alterar todos los peligros por rescatar a una sola oveja extraviada, Buen Pastor capaz de morirse en una cruz para que todas -todas, sin excepción- sus ovejas vivan.

Por supuesto, desde el Evangelio para el día de hoy dos aspectos importantes para le reflexión se abren: un plano eclesial y pastoral, y un plano cristológico, facetas de la misma realidad amorosa de Dios.
Sólo quisiéramos destacar el amor entrañable de ese Pastor para con las ovejas suyas de otros corrales. Es un llamado a la paciencia, a la tolerancia, al reconocimiento de esa catolicidad que declamamos y no encarnamos, de la a veces cruel división del ellos y nosotros, en franca contradicción con la incansable e inmensa misericordia de Dios que nunca se detiene ni cansa.

En este día de oración en todo el mundo por las vocaciones, supliquemos humildemente que el Espíritu nos siga suscitando buenos pastores entre nosotros, buenos pastores que ofrecen su vida sin condiciones en el día a día, con la generosidad de la Buena Noticia. Buenos pastores con un persistente aroma a ovejas, para mayor gloria de Dios.

Paz y Bien



 

1 comentarios:

Caminar dijo...

Muy bueno el apunte que haces sobre esa universalidad que no conoce divisiones: Pastor único que busca a las que no están con misericordia. Jesús nos conceda sus mismos sentimientos para con todas sus ovejas.
Un saludo en Cristo.

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