Felicidad universal




Para el día de hoy (08/06/15):  

Evangelio según San Mateo 4, 25 - 5, 12




Las multitudes llegaban a escuchar y a aprender del Maestro desde Galilea, desde la Decápolis, desde Judea, desde Jerusalem, desde la Transjordania. El detalle que el Evangelista San Mateo acerca del origen de tanta gente no es casual ni meramente descriptivo: es un mensaje de universalidad del Evangelio, Buena Noticia para todos los pueblos, para todas las gentes.
No es un dato menor: los que escuchan a Jesús de Nazareth y quieren transformar sus vidas provienen del Pueblo Elegido -la exclusiva Judea-, de la ortodoxa Jerusalem, de la Galilea de la periferia y la sospecha marginal, de la extranjera Transjordania y de la Decápolis en donde está todo combinado, en donde nada puede diferenciarse con facilidad. Allí también están nuestras naciones y ciudades, allí estamos nosotros sentados escuchando la Palabra, allí hay sitio para todo aquel que quiera venir.

Las Bienaventuranzas son camino ofrecido no como alternativa a las prerrogativas mundanas, sino con un carácter definitivo que implican utopía, sueños, ansias de Padre para con todos sus hijos. Decir Bienaventurados es decir felices, pero esa universalidad, ese convite a toda la humanidad no implica necesariamente una posición pasiva que garantice -adhesión mediante- sus efectos instantáneos. Universalidad es ofrenda e invitación generosa e incondicional a todos los pueblos y a todas las mujeres y los hombres. 
Pero no todos quieren abrazar ese tempo de eternidad que se entreteje en la historia. Bienaventuranza es involucrarse, es decidir desde el coraje a cambiarlo todo para ser felices, orientando la totalidad de la existencia y de la creación hacia Dios, en Dios y por Dios.

Las Bienaventuranzas nos revelan, como en un magnífico cuadro, un horizonte nuevo y distinto. Pero ese carácter ideal no está desencarnado de lo que nos pasa a diario. Por eso las Bienaventuranzas se expresan en tiempo presente, porque fermentan hacia un tiempo frutal, un tiempo de pan abundante y compartido.

Buena noticia hoy para los pobres. Buena noticia para los afligidos. Buena noticia para quienes respiran paciencia. Buena noticia para los que se desvelan por el hambre y la sed de justicia. Buena noticia para los que palpitan misericordia. Buena noticia para los que edifican la paz, santa tarea de hijas e hijos de Dios. Buena noticia para los que se afirman en la justicia con todo y a pesar de todo. Buena noticia para todos los perseguidos y calumniados por vivir sin reservas el Evangelio de Cristo.

Buenas Noticias aquí y ahora para todos, sin excepciones, tiempo santo de Dios y el hombre.

Paz y Bien

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