Mensajeros de esperanza y eternidad



Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Para el día de hoy (29/09/15): 

Evangelio según San Juan 1, 47-51



Los sentidos nos brindan datos limitados, quizás los epifenómenos del acontecer cotidiano. Pero la historia humana tiene una profunda dimensión escondida y viva, que la revelación nos re-vela, es decir, que por la Palabra podemos quitar los velos que nos impiden mirar y ver esa dimensión trascendente, en donde en santa urdimbre se entreteje el tiempo y la eternidad, la Encarnación de un Dios que se hace hombre, vecino, Hijo amado de todos.

Los ángeles son los mensajeros perfectos de esa certeza que nos ha abierto Cristo, cielos abiertos a pura bondad de Dios, la Salvación ofrecida a todos los pueblos. 
Más nosotros solemos adjudicar categorías mundanas y limitadas a estas realidades que la razón intuye pero no puede abarcar; por ello quizás, a los mensajeros -seres espirituales- nos los representemos con rasgos antropomórficos y caracteres específicos. Tal vez apliquemos allí muchas de nuestras ansias y nuestras angustias.

Pero es menester no perder el centro primordial de esta revelación, y es que los ángeles portan mensajes divinos de esperanza y eternidad. En donde se hacen presentes, es Dios mismo que actúa.
Porque no estamos solos, Quien como Dios, la Fuerza de Dios nos anuncia buenas noticias, la Medicina de Dios nos cura los venenos del alma.

Cristo ha abierto los cielos para todos nosotros, cielos que no se ubican necesariamente en una locación superior de carácter espacial, sino en la profundidad de un tiempo humano fecundado por la Gracia, la misma Gracia que es plenitud, la alegría que nos sigue cantando María de Nazareth a ese Dios magnífico que no nos olvida.

Paz y Bien

1 comentarios:

eligelavida dijo...

"San Miguel arcángel, defiéndenos en batalla,

sé nuestro amparo contra las maldades y asechanzas del diablo,

que Dios le reprenda

es nuestra humilde súplica;

y tú, Príncipe de las huestes celestiales,

por el poder de Dios,

arroja al Infierno a Satanás

y a los demás espíritus malignos,

que rondan por el mundo

buscando la ruina de las almas. Amén."

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